sábado, 24 de marzo de 2012

36 AÑOS DEL HORROR

Hace 36 años, un 24 de marzo de 1976, la mayoría de los argentinos desconocíamos lo que sucedía: entre gallos y medianoche,, las fuerzas armadas del pais tomaron el gobierno, pensamos que "una vez más". El gobierno de Isabelita Perón se caía, pero teniamos esperanzas en las elecciones que se avecinaban. El horror se instauró. Llegar ese día a los trabajos fue penoso, tanques en las calles, mientras en los lugares de trabajo nos esperaban los milicos con listados de quiénes podíamos ingresar y quiénes no. Los que "no" serían investigados por el poder ejecutivo de facto, inventado por locos asesinos que siguen pagando culpas ante una Justicia que sí ha sido efectiva en ese caso aunque todavía tendríamos que exigirle mucho más.
Los que no fuimos consultados, la gran mayoría, por otro estilo de país y los que se adueñaron del país, que tampoco consultaron, continuaron con su guerra en las que todos quedamos incluídos. Aparecer en la libreta de algún adolescente o joven era una sentencia de muerte segura, previa tortura en la ESMA o en el Olimpo, por ejemplo.
Tardamos en darnos cuenta de que ése era un golpe al estilo Hitler, el innombrable para los que amamos la libertad de ideas, que estábamos en manos de una despiadada clase social pudiente que se creía dueña de nuestras vidas, de nuestros destinos, del de nuestros hijos. Y peor aún: comenzaron a pergeñar el destino de los bebés que nacían en cautiverio. Campos de concentración en un país libre!!!! En el exterior se sabía, y lo sabían quienes andaban en la guerra. Pero no la mayoría de los argentinos.
Nos quitaron todo, la libertad de pensamiento, la libertad de accionar, de reunirnos, de pensar, de vivir, la esperanza también. Estuvimos más de un lustro con "toque de queda". No podiamos caminar más de dos personas en la noche porque íbamos a parar a la cárcel. La gendarmería se pertrechaba, de improviso, en cualquier avenida y cargaba contra los ciudadanos, usted y yo, con gases y corridas a quemarropa.
Esquilmaron al país. Siguen todavía sus adláteres soñando con hacer lo mismo. Ahí están, mandando en campos, provocando alzas, desestabilizando a través de grupos mediáticos. Más acotados, no están en el gobierno, pero llenos de odio y rencor. Una buena parte quedó en la cárcel. Otros esperan todavía que la Justicia se despierte y los meta de una vez en cana. Porque no hay otra forma de decirlo.
Los argentinos libres quedamos en el medio de una guerra que no buscamos, con la consecuencia de miles de adolescentes que tenían ideales muertos, NN, despedazados, torturados, tirados al río. Inhumanos. Bestias. Aún no se han requisado todos los cementerios y familias enteras están destrozadas. Todavía se buscan a más de 300 hijos de desaparecidos a quienes se les cambió la identidad, se les quitó la familia de origen. Son, de alguna manera, NN, pero no lo saben.
Ésos fueron los militares argentinos, hoy diezmados, con mentalidad clasista. Jamás hicieron nada positivo porque, cuando tuvieron que dar un tiro, se equivocaron de blanco. Es decir, ni siquiera su propia "profesión" saben cumplir, milicos de escritorio, milicos de clase alta, milicos que generaron guerras, milicos asesinos. Deshonraron la patria, mataron a sus hermanos. Hoy nos horrorizamos por lo que pasa en Siria, pero no nos olvidemos que aquí nuestros milicos nos  hicieron lo mismo, aún a los que no teníamos nada que ver, la gran mayoría de nosotros. No lo olvidemos. Hoy es un día de reflexión.