BALANCE DE CINE 2014
Este año, del 1ro de
enero hasta el 30 de noviembre inclusive, tuvimos alrededor de 140 películas
nacionales y unos 200 títulos internacionales. El Mundial de Fútbol dividió al
año en dos y restó posibilidades de estrenos.
Haremos tan solo un
repaso de títulos significativos y, en algunos casos, taquilleros, apuntando a
rescatar géneros y autores que los argentinos siguen en la pantalla grande
desde siempre.
Como sucede siempre, en
los primeros meses del año se completaron los 9 títulos que compitieron
por el galardón máximo de los Oscars: “Philomena”, “El club de los
desahuciados”, “El lobo de Wall Street”, “Nebraska”, “Escándalo americano”, “12
años de esclavitud” y “Her”.
Hubo “tanques”
que unieron ciencia ficción con mitologías y novelas best-sellers, pero no como
en años anteriores: “300- 2da parte” fue uno de los primeros que no
conformaron, otra vez la saga “El sorprendente hombre araña 2”, “Godzilla- 2”,
la continuación sin gracia de “X-Men días del futuro pasado”, “El planeta de
los simios 4”, “Hércules”, “Transformers 4”, “Correr o morir”, “En el tornado”,
“El dador de recuerdos”, “Drácula la historia jamás contada”, “Interestelar” y “Sinsajo
Parte 1- Los juegos del hambre”, entre otros títulos de menor relevancia.
Dentro del material
internacional que conocimos, vamos a destacar “La vida de Adele”, “Ladrona
de libros”, “Agosto”, “La grande Bellezza”, “La mejor oferta”, “El gran hotel
Budapest”, la paraguaya “7 Cajas”, la notable “Berberian Sound Studio”, “El
juez”, “El justiciero”, “Amor a la carta”, “El hombre más buscado” (última
actuación de Phillip Seymour Hoffman), y una de las mejores películas del año,
a nuestro entender, “Momentos de vida- Boyhood”, de Richard Linklater (tardó
doce años en filmarla), así como “Fuerza Mayor”, de origen nórdico. También
sumamos “Lore” e “Ida” sobre las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, la
israelí “La esposa prometida”, así como “Balada de un hombre común”, “Aprendiendo
a volar”, y la mexicana “Los insólitos peces gato”. También añadimos
“Cantinflas” como biopic internacional que no tuvo repercusión y sin embargo en
su género fue la más importante; sumamos “Pelo Malo” por su éxito internacional
y “Lucy” de Luc Besson en el policial negro.
Las películas de terror-gore
fueron las menos a nivel internacional: “Annabelle”, de bajo presupuesto y como
precuela de la excelente “El conjuro”, fue la más taquillera y al mismo tiempo
la más criticada. Debemos consignar también “Rec 4: el apocalipsis”, final de
la saga española que tuvo buena respuesta del público. Y le añadimos “Juan de
los muertos”, film cubano de este jueves 11 de diciembre, que mezcla zombies
con la sátira política. No en vano logró el Goya 2014 a la mejor película
extranjera.
La animación
tuvo varios referentes pero, sin duda, las más taquilleras y realmente muy bien
realizadas fueron “Frozen”, “Los Boxtrolls”,
“El libro de la vida”, “Río-2”, “Muppetts- 2” y “Cómo entrenar a tu
dragón 2”, además de la muy reciente “Grandes héroes”.
Como curiosidades del cine nacional, destacamos la última producción del realizador
nacional Daniel de la Vega, único que abreva en el género del
terror-horror con vasta experiencia en films internacionales aunque de factura
argentina por su “Necrofobia 3D”, con importante elenco. Y el primer film del
ganador argentino del Oscar Eugenio Zanetti, “Amapola”.
Los documentales
siguen siendo la “vedette” de la cinematografía argentina, prácticamente más
del 50 por ciento de los estrenos argentinos corresponden a este género.
Destacamos “De trapito a bachiller”, “Mika”, “Escuela de sordos”, “El rey Milo”,
“La forma exacta de las islas”, “El color que cayó del cielo”, “Ensayo de una
nación”, el docuficción “El León de Francia” y “Malka”, como los homenajes a
“El doctor Maradona”, “Ulises” sobre Ulises Dumont, sin olvidarnos en este
rubro de la italiana “Qué extraño llamarse Federico”, de Ettore Scola, sobre
Federico Fellini
El cine argentino tuvo un gran año gracias al suceso nacional e internacional de “Relatos
salvajes” que alcanzó los 6 millones de espectadores, siguiéndole en aceptación
“Muerte en Buenos Aires”, “Aire libre”, “Betibú”, “Gato negro”, “El ardor”, “El
cerrajero”, “Refugiado”, “El misterio de la felicidad”, “El inventor de
juegos”, “Las insoladas” y “Violetta en concierto”.
Entre las novedades
nacionales estuvieron las reposiciones de “Los bañeros más locos del
mundo” en los primeros meses del año, para luego seguir con “Tango feroz” y “La
Mary” a 40 años de su estreno. La primera de las mencionadas dio lugar a la
filmación de una secuela “Los bañeros 4” que tuvo su público aunque no fue un
éxito arrollador. Y, entre los films extranjeros, rescatamos “La naranja
mecánica” y “Recuerdos del Futuro”.
Hubo poco lugar para
las comedias tanto extranjeras como nacionales. Entre las primeras destacamos la presencia de Michael Douglas
junto a Diane Keaton en “Juntos…pero no tanto”, y el regreso anual del gran Woody
Allen con su actuación en “Casi un gigoló” bajo la dirección de John
Turturro, y su film “Magia a la luz de la luna”. Así también vimos a un
“virtual” Johnny Depp en “Trascendence: identidad virtual” para agregar
el nombre de una “celebrity” a un listado donde no hubo tantas a diferencia de
otros años. En el drama tuvimos a Denzel Washington en “El justiciero” y a un
notable Robert Duvall en “El juez” como a un magistral Brendan Gleeson en “Calvario”
(film británico), segura candidata al Oscar.
Con sus más y sus
menos, hay películas rescatables internacionales y nacionales, otras que
decididamente hemos dejado de lado por no satisfacer el “hecho cinematográfico”
en sí, y algunas otras que tuvimos en cuenta aunque con reservas. Los films de
Woody Allen, el de Luc Besson (“Lucy”), las nacionales indicadas, y las
extranjeras “Boyhood-Momentos de vida”, “Fuerza mayor” y “La mejor oferta”,
deben estar en la cinemateca personal. Destacamos la apertura de algunos
espacios INCAA en el interior del país aunque la difusión del cine nacional es
muy deficiente en nuestras provincias. Hay festivales, muestras, pero no
consiguen atrapar al público en forma mayoritaria (es decir, de todas las
edades) porque se apunta más a un cine con cierta intelectualidad o bien a
países con buena industria cinematográfica pero sin difusión masiva en nuestro
país. La apertura de espacios “off”, o sea fuera del circuito comercial genuino
de la ciudad de Buenos Aires, son una buena manera de difundir documentales y
películas de bajo presupuesto pero bien realizadas pero se quedan dentro de un
determinado círculo de espectadores, perdiendo masividad.
Carlos Pierre