martes, 29 de abril de 2014

CATACLISMICO REGRESO DE TINELLI A CANAL 13, ABRIL 2014




CATACLÍSMICO REGRESO
Marcelo Tinelli, luego de más de 400 días de ausencia de la pantalla chica, regresó con un supershow, a su manera, en la noche del lunes 28. Ciertamente, lo esperábamos dado que esa noche no habría jurados ni participantes. Solo show. Era lo “bueno”. Pero aparecieron sus gastados chistes con Adrián Suar, si podía ingresar al estudio ahora de propiedad de un empresario kirchnerista con una baja proporción societaria de Tinelli, sus burlas a Susana Giménez (“este año no vamos a hablar de política” pero habló de “Fútbol para todos” y de Capitanich), su autoreferencia familiar (emotiva por tratarse de su hijo Lorenzo, nacido hace pocas semanas), y el mismo “público”(amigos, doctores en medicina, en abogacía, contadores).
Todo esto fue después de un despliegue cataclísmico, donde apareció en primer término una filmación de un náufrago, las costas del sur, luego un grupo bailando en el Calafate, otros en Talampaya (chicas semidesnudas y curvilíneas, hermosas), algo de Jujuy… Un caleidoscopio humano que no se entendía para qué, sí, fue lindo, pero qué sentido tenía. Fue un miniturismo en segundos como para dar la idea de que los supuestamente 20 mil pesos que cuesta el “segundo Tinelli” en televisión sirven para algo. Y todo se fundió en los efectos lumínicos de una de las tres o cuatro pantallas que se importaron para caer así en el estudio.
Tampoco hubo mayor coherencia pero sí una sucesión de artistas notables sin guión alguno, desde Hernán Piquín y uno d e los cuadros de su próximo espectáculo, a “Fuerza Bruta” y sus notables efectos especiales, a cuatro grandes voces argentinas cantando en castellano (Sandra Mihanovich, Valeria Lynch, Lucía Galán y Marcela Morelo) en medio de una nube de humo blanco que suele ser tóxico, de pronto (hay que reconocerle la sincronización) a Karina la princesita cantando a capella una maravillosa versión de Hey Jude en inglés con el acompañamiento rítmico de un violoncello electrónico. Se notaba que las cámaras no tenían “tiro”, es decir, por más que intentaran “planos secuencias” en ese momento no se podía, no daba, uno veía un pastiche de gente haciendo cosas lindas pero sin entender para qué estaban todos. Como quien no quiere la cosa, apareció parte del Coro Estable del Teatro Colón cantando un fragmento del Cármina Burna de Carl  Orff, una de las piezas más exigentes que existen, surgidas de este compositor alemán considerado un terrible nazi, que apoyó el antisemitismo y estuvo codo a codo con Hitler.Pero, bueno, esto no lo saben. Todos amuchados, juntitos, uno a continuación del otro. La cámara zenital apareció cuando cientos de personas, vestidas de smoking, empezaron a saltar al ritmo de una canción en inglés, nuevamente, y bailaron el “pogo”, el saltito que aterroriza a los vecinos de Núñez cuando aparece algún recital en el estadio River Plate. Alrededor de las 23.16, cuando ya había aparecido a las 23.03 Tinelli en pantalla, hubo el primer plano secuencia que nos dio idea de la dimensión del estudio de Ideas del Sur, el mismo de siempre, lejos de ser el mayor estudio de Latinoamérica. Y se repitió a las 23.35, en un alarde de cinematografía de escuela de cine que no estuvo mal. A favor, el director del programa sincronizó las cámaras de manera tal que el pase caótico, cataclísmico, de un número a otro, fue correcto.
Llegó luego el pase de factura entre Adrián Suar y Marcelo Tinelli, previsto, autoguionado, más de lo mismo. Siempre se “odian” pero negocios son negocios, entendemos y, al “Chueco”, Tinelli le salva el rating que no logra con sus productos Pol-ka . Y finalmente el remedo de “Qué pasó ayer?”, una gran comedia americana. Visualmente, estuvo lograda, el caso es que no hubo remates en los sketches. Paupérrimo el de Jorge Lanata y Marcelo Longobardi que parecía no saber qué responder, insólito el de Dady Brieva con un final a sonrisa escandalosa para mostrar su nueva dentadura, y un desaprovechado Carlos Belloso, gran actor, como el policía malo que los detiene en la ruta. Hermosa, sí, la recepcionista del costoso hotel de puerto Madero, Guillermina Valdéz, antes de dar a luz.
Adláteres de Tinelli haciendo las veces de claque, gritos, bravos. Lo mejor fue el show de Martín Bossi en el cierre que forma parte de su “Bossi Big Bang Show”, éxito rotundo en la calle Corrientes. Notable artista que ciertamente le debe su popularidad a la aparición en los programas de Ideas del Sur. Marcelo Tinelli arrasó con el rating, 30 puntos de promedio pero no le alcanzó a Canal 13 para derribar el rating diario, aunque fue por décimas, de Telefé.
Nos pareció un supershow sin ton ni son, con valiosísimos artistas desaprovechados, sin relación alguna entre sí y con lo que veremos a partir de este martes, jurado y participantes, peleas berretas y todo lo que ya conocemos.

Elsa Bragato